The beast in me.

Algunos de los malos de las pelis son tan tan malos que se convierten en atractivos. Nos gusta imaginar que tenemos la presencia de Tony Soprano, dominando con el miedo cualquier reunión a la que asistimos, o que acompañamos al Joker por toda la ciudad en sus travesuras. Quien no ha jugado a ser Darth Vader, a poner su voz? Quien no ha pensado en lo extremadamente liberador que debe ser comerse a los enemigos como, literalmente, hacía Hannibal Lecter? Cómo se puede vivir sin haber ensayado una risa malvada frente al espejo?

Los malos atraen, bien porque son reflejo de esa parte mala que tenemos dentro, y que nunca sacaremos, o bien porque, siendo conscientes de que no la vamos a sacar, comprobamos que alguien es capaz de exteriorizarla.

En cualquiera de las dos opciones, llegamos a la conclusión de que tenemos una parte mala.

Nick Lowe es un cantante inglés, conocido por ser un hombre paradójico. Sus canciones son más conocidas que él, lo que seguramente afirma que algo ha hecho bien. En el capítulo piloto de Los Sopranos sonó la canción de Nick Lowe The beast in me.

En ella cantaba…

Sometimes
It tries to kid me that it’s just a teddy bear
Os somehohow managed
To vanish in the air
And that is when I must beware
Of the beast in me

“A veces la bestia en mí trata de hacerme creer que es solo un osito de peluche, o se las arregla para desaparecer. Esas son las veces que tengo que tener más cuidado con la bestia que hay en mí. ”

Es posible esconder la bestia, pero no nos dejemos engañar, sigue ahí. Y a veces nos invita a ponernos el chandal amarillo y coger la katana, aunque hay que tener muy claro cuando debemos dejarla salir… Y es que.. hay veces en la que debemos dejarla salir.

Nebraska y la fortuna.

cartel_de_la_pelicula_nebraska_111_622x466Todos los Estados de Estados Unidos tienen un lema. El de Nebraska es “Donde el Oeste comienza”. No es casual que este Estado sea el que ha elegido Alexander Payne para el título de su última película. El Oeste es, en la cultura de los Estados Unidos, el mayor símil al Dorado, a la consecución de los objetivos, de la aventura.

En esta película se narra la historia de un viejo de Billings, una localidad de Montana, que ve cómo su tiempo se acaba, y se encuentra con que no va a dejar nada a sus hijos, que no va a dejar ningún legado a u muerte. Que su vida ha sido vacía, que su paso por la tierra no va a dejar ninguna huella.

Y recibe una carta de publicidad en la que le notifican que ha ganado un premio de un millón de dólares, y que debe reclamarlo en Nebraska, muy lejos de su Billings. Al ver contrariado que nadie cree que ha ganado semejante dinero, decide emprender la marcha andando. Una locura, a juicio de sus hijos y de la policía, que le detiene para devolverle a su casa. Finalmente uno de sus vástagos se apiada de él, y decide acompañarle en el viaje, hacia un destino que sabe fallido.

En el camino paran en su localidad natal, a la que no vuelve desde hace décadas. Allí vive su viejo hermano, y muchos le recuerdan de su estancia de joven, en la que pasó sin pena ni gloria. Todos le recuerdan como un borracho, pero en cuanto se sabe la noticia de que va a reclamar un premio de un millón de dólares, todos comienzan a cambiar su actitud con él. Alguno se muestra más amable, otro le recuerda su pasado conjunto, un tercero le presiona para resolver viejas deudas.

Los amigos dejan de ser amigos, los familiares olvidan qué significa la familia. Todos ven en él un fajo de billetes, mientras que su hijo asiste como espectador a la degradación moral de la ruina física que es su padre. Y sin embargo, el protagonista sabrá superar todo para intentar conseguir aquella mágica cifra.

El interés propio a veces nos hace pasar malas pasadas. La importancia del dinero está en que es algo exclusivamente numérico, cuantitativo. Un millón de dólares es más que diez mil, y esta cifra es más que cinco. Se utiliza como manera de medir el éxito, tanto en los negocios, como en los deportes, como en la vida. Simplemente es la manera perezosa, superficial, de señalar el triunfo.

En la ciudad se San Louis, en el Estado de Misuri, hay un arco de acero de 192 metros, para conmemorar la expansión de Estados Unidos hacia el Oeste. Un enorme homenaje a todos aquellos pioneros que dejaron el Este del pais para buscar nuevas oportunidades vitales en el Oeste, entre ellas, la llamada de la fiebre del oro. Aquellos pioneros que fueron en busca de fortuna, confundiendo después las dos acepciones de esta palabra.
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