Suiza tiene un plan

Suiza no forma parte de la OTAN, ni de la UE. Durante la Primera Guerra Mundial dio asilo a Lenin, y no fue invadida en la Segunda Gran Guerra, a pesar de los muy detallados planes de Alemania para conseguirlo. Tiene cuatro idiomas oficiales, es la casa de Roger Federer, y si se reúnen 50.000 firmas de ciudadanos se puede bloquear una ley aprobada por el parlamento. Suiza defiende el secreto en las cuentas bancarias, y su ejército funciona por milicias. Es decir, los ciudadanos forma parte de la reserva del Ejército, incluso deben proteger su equipo militar dentro de su propia casa. Suiza no tiene salida al mar, pero ha conseguido que uno de sus barcos gane la competición deportiva más antigua, la Copa América de vela. No participa de los foros internacionales, excepto para mostrar neutralidad. Suiza tiene un PIB per cápita de 67.000 € anuales, y un salario mínimo mensual de 3.300 €.

Suiza tiene un plan. Sus ciudadanos han reflexionado sobre lo que les conviene, sobre lo que quieren ser, y han decidido al respecto. Se puede compartir o no sus políticas, se puede estar en contra de muchas de las cosas que los suizos proponen. Pero no se puede dudar de que funciona. Suiza es como quiere ser.

Cada país tiene una historia, que le ha llevado a ser quien es en la actualidad. Cada país ha tomado sus propias decisiones, que han definido su carácter y su personalidad. Cada país decide su futuro.

Previsión.

prevision isobaras sexo presionAndo un poco despistado, y es que me he dado cuenta que vivimos siempre tratando de prever qué es lo que vendrá en el futuro, que nos depararán los días venideros. Si nos paramos a pensar, muchas son las profesiones que tratan de adivinar lo que va a suceder.

Están los meteorólogos, que tratan de prever qué tiempo vamos a tener en los próximos días e incluso semanas. Tenemos los periodistas deportivos, que hacen sus quinielas de cómo van a terminar los partidos de la semana. Están los de Recursos Humanos, que tratan de adivinar cómo se va a desempeñar una persona en la empresa en caso de ser contratada. Tenemos los encuestadores en las elecciones políticas, los estudios de mercado cuando vas a montar un negocio. Tratamos siempre de estar pendientes del futuro, quizá porque el presente no es suficiente para nosotros. Nos estimula saber qué hay más allá, que podemos esperar el día de mañana de nuestras acciones o pensamientos de hoy. Este pensamiento nos llena de esperanza para el futuro si esas previsiones son acordes a nuestros deseos o nos llenan de dudas, si no son halagüeñas.

Mi abuelo decía que dormía siempre con un ojo abierto. Él decía que era para estar al tanto de lo que podía suceder, pero creo que era más bien para que aquel que se acercara a él supiera que estaba alerta.

Cuando las previsiones no se corresponden con la realidad, sabemos en nuestro foro interno que no podemos reprochar nada a las personas que realizaron esas previsiones, ya que el futuro no se puede adivinar. Sin embargo, ponemos nuestras esperanzas en las previsiones, y volveremos a hacerlo. No hay represalias contra la mujer del tiempo si al final llueve, ni contra la quiniela de la semana, la que le daba un “1 fijo” si al final hay empate, o si al final la candidata no resultó tan buena como se esperaba, o si la encuesta se desvío unos escaños decisivos, o si al final la tienda tuvo que cerrar al año de abrirse. No hay represalias, todos seguirán manteniendo sus trabajos, nosotros juraremos no volver a hacer caso a las previsiones, pero al poco se nos pasará, y volveremos a depositar nuestras esperanzas en bonitas palabras de otros sobre el acontecer del futuro.

Y decía al principio que estaba despistado, porque me doy cuenta que todas las profesiones que tratan de prever el futuro, en mayor o menor medida, no son tan bien pagadas como la única profesión que asegura que no puede prever lo que va a acontecer: la economía. Los economistas estudian lo sucedido, y tratan de darle una explicación, sin embargo se aseguran las espaldas, diciendo que ellos no pueden adivinar lo que va a suceder en el futuro. Si os preguntara quien gana más dinero en su profesión, si los economistas o los encuestadores, meteorólogos, los de RRHH o los periodistas deportivos, estoy seguro que no durarías en responder los economistas.

Ando un poco despistado con este pensamiento, por el tema de la crisis. Sin embargo, cada día me doy más cuenta que mi abuelo tenía razón. No solo hay que dormir con un ojo abierto, si no que además hay que contar esta historia a todo el mundo. Todos deben saber que no estaré dormido completamente.

Origen. Los mormones y la genealogía.

Todos conocemos a los mormones. Muchas veces los hemos encontrado en la calle o en la puerta de casa, muy educados, vestidos siempre iguales y tratando de conversar con nosotros. Son gente afable, con unas creencias muy fuertes, con un sentido de la comunidad muy grande.

El rasgo que más me llama la atención es el de las placas con su nombre en el pecho, mostrando orgullosos quienes son, su origen. La primera vez que te los encuentras parecen salidos de una convención de vendedores de aspiradoras, pero en cuanto conoces algo más sobre los mormones, entiendes el porqué de la plaquita.

La religión mormona tiene una caracterísitica cuando menos curiosa. Y es que cualquier persona puede alcanzar la salvación eterna si ha sido bautizado. Hasta ahí, todo normal. Pero lo interesante es que si ha habido personas que han fallecido sin ser bautizadas, aún pueden alcanzar la salvación si uno de sus descendientes pide el bautismo para ellas. Si tienes interés en salvar a algún familiar fallecido, simplemente hay que demostrar que eres descendiente de esa persona y pedir por ello.

Así se entiende que para los mormones la genealogía es fundamental, importantísima. Tanto, que han creado una base de datos con más de mil millones de datos de personas para buscar posibles antepasados. De hecho, la tienen a 200 metros bajo tierra, en un cañón de Utah, a salvo de una posible explosión nuclear (o “nucelar”, según Homer Simpson).

Para los mormones el origen es importantisimo. De hecho, están buscando dibujar el árbol genealógico hasta Adán y Eva. Lo mejor es que toda esta información es pública, podeis acudir a www.familysearch.org.

Me parece genial la idea de poder conseguir la salvación eterna para algún pariente que ya haya fallecido, poder vencer al tiempo. Sin embargo… podemos decidir nosotros sobre la vida de los demás? Es decir… quizá los antecedentes no quisieron bautizarse por algún motivo, por lo que… qué derecho tenemos nosotros de saber qué es lo mejor para ellos? Cómo podemos tomar decisiones que afectan a los demás basándonos en nuestro propio juicio?

En la vida real… sabemos qué es lo mejor para los demás? O creemos que lo sabemos basándonos en nuestra propia y limitada experiencia y con la inmunidad de saber que las consecuencias de nuestras opiniones sobre las acciones de los demás no nos van a afectar a nosotros?

El desierto.

En una ocasión tuve un discusión de amor por el desierto.

Ella me dijo, en mitad de una sesión de cariños, que me quería tanto como el Desierto del Sáhara. Yo la contesté que la quería tanto como el desierto del Gobi. Ella se enfadó, me reprochó que pudiera decirle algo así, y nunca más volvimos a vernos.

Durante mucho tiempo estuve dándole vueltas a qué es lo que había pasado, hasta que me di cuenta que el Desierto del Gobi es cinco veces más pequeño que el del Sáhara. Y no se le puede decir a alguien que le quieres cinco veces menos de lo que te quiere a ti. No se puede…

O si se puede?

Los sentimientos no son medibles, pero insistimos en ponerles tamaño, con aquellas imágenes que para nosotros son gigantes, enormes. Quien iba a pensar que decirle a alguien que un amor de un millón de kilómetros cuadrados no es suficiente? Pues… no lo fue.

El amor quizá sea uno de los sentimientos más complejos, porque necesita una reciprocidad para verse completado (y es complicado encontrar esa reciprocidad), y porque además saca a la luz lo más débil de nosotros. Afloran miedos e inseguridades, pues nuestra necesidad de que nuestro amor sea correspondido (y con al menos un tamaño similar o superior), es tan grande que a veces nubla nuestra razón. Pero… cuando ese amor es correspondido, cuando no hay dudas, entonces no necesitamos nada más, la potencia que nos ofrece será capaz de derribar cualquier muro.

Los sentimientos y la razón no se suelen llevar demasiado bien, unos retortijones en el estómago son una mala digestión para la razón, pero un símbolo de que algo importante ha pasado para los sentimientos. Las sensaciones físicas que nuestro cuerpo nos ofrece son un indicativo de los sentimientos que atesoramos. Balbucear ante alguien que nos atrae, evitar una mirada directa de alguien a quien tememos, estirar la espalda ante alguien que nos importa. Todo son señales que la razón nos ayudará a conocer, y cuando más conozcamos de nosotros mismos, más sencillo será reconocer nuestros propios sentimientos y sensaciones.

Es posible razonar los sentimientos? Y vosotros…? Que pensáis?

PD. Este texto se ha basado en las aportaciones de lectores. Gracias! cualquier sugerencia sobre nuevos posts, será bienvenida!

El club de Roma

El club de Roma se basa en una premisa básica. El crecimiento de la población mundial no puede seguir con el ritmo actual, ya que nuestro planeta, y los recursos que de ella extraemos, son limitados. Así, abogan por el crecimiento cero, por mantener las cuotas actuales de población y de utilización de recursos, para que los habitantes del planeta puedan tener acceso a los recursos que este proporciona, sin necesidad de agotarlo.

Se puede estar de acuerdo o no, pero es una reflexión interesante. No todo es ir más allá, crecer, tener más, ser más. El club de Roma se detiene, analiza los datos y ofrece un diagnóstico. Y ese diagnóstico es que es necesario cambiar la tendencia actual.

En toda esta historia hay dos cosas que podemos aprender. La primera es saber detenernos a analizar en qué punto estamos, para saber qué dirección tomar. El segundo, y quizá más importante, es que los objetivos a veces son diseñados sin pararse a pensar si son buenos, si son necesarios, si son adecuados. Hace algunos posts hablábamos de la ecología de los objetivos, y este es un buen ejemplo.

Otro de los temas a hablar sería saber si esto es posible. El club de Roma presentó su primer informe, Los límites del crecimiento, en el año 1972. Huelga decir que desde entonces el crecimiento (económico, financiero, poblacional…) sigue siendo uno de los objetivos de toda sociedad. Conseguir los objetivos es una tarea complicada, pero lo es más sin hacer esa reflexión, sin una pausa para pensar.