El Parque nacional Corcovado se encuentra en la costa pacífica de Costa Rica. Al sur del país, muy cerca ya de Panamá, se extiende esta remota extensión de terreno, a la que solo se puede llegar andando o a través de una lancha. Un lugar remoto, paradisíaco, orgullo de los ticos.
Este Parque nacional es especial, no hay otra igual en el mundo. Contiene, en una extensión similar a cincuenta mil hectáreas (terrestres y marinas), el 5% de las especies mundiales, tanto de animales como de plantas. Es decir, cinco de cada cien especies que conocemos, pueden encontrarse en dicha Reserva.
Por poner un elemento comparativo de su extraordinaria riqueza medioambiental, en toda la cuenca del Amazonas, con una extensión infinitamente más grande que dicha Reserva, se encuentran el 8% de las especies mundiales. No hay lugar más rico en biodiversidad en el planeta que la Reserva del Corcovado.
Allí se encuentran miles de especies animales, desde grandes depredadores como el jaguar o el puma, hasta una gran diversidad de insectos. Dentro del mundo vegetal encontramos, gracias a la peculiar situación geográfica de la Reserva, infinidad de especies, que configuran una selva densísima. Tanto, que aún hay lugares no explorados de la misma.
Es imposible recorrerla sin guía, pero la experiencia de transitarla con un acompañante es mejor, sin duda. Gracias al guía puedes conocer el nombre de alguna de las especies autóctonas, o poder ver a alguno de los animales de la Reserva, que no son visibles para ojos menos entrenados.
La luz y el agua son abundantes, pero con tanta competencia, es feroz la lucha entre las plantas por hacerse un hueco en la selva. Las palmeras nacen de cocos en cualquier parte, incluso encima de otras palmeras. Se ven árboles de veinte metros de altura, otros que se desarrollan con las raíces fuera de la tierra, algunos creciendo dentro del agua salada del mar. Algunas plantas son diminutas, otras crecen de arriba abajo. Hay plantas de hojas compuestas y simples, lanceoladas o pecioladas o palmeadas o lobuladas, o todo ello, con un tallo rígido o con un tallo flexible. Hay plantas que crecen en espiral, para poder abarcar toda la energía solar posible. Algunas producen flores bellísimas; otras, grandes y feos pétalos nada atractivos. Algunos árboles nacen al abrigo de otros, abrazándolos, creciendo a su vera mientras lentamente les ahogan hasta la muerte para quitarles el puesto. Algunas hojas miden más de un metro. Otras, apenas milímetros.
Cada planta desarrolla su propia personalidad, para poder conseguir el éxito, que en este caso es vivir. Algunas reciben ayudas de los animales para desarrollarse, otras son devoradas por los mismos. En cada especie la aventura es la misma, pero el desarrollo es diferente.
Muchos son los caminos hacia el éxito, y no hay ninguno mejor que otro. Lo importante de los métodos es que sean útiles, que consigan el resultado buscado. Y ello comprende las más variadas posibilidades.
No busques el éxito solo siguiendo los pasos que dieron los demás. Cada uno de nosotros desarrollamos nuestro propio camino, que tiene que estar en línea con nuestra propia individualidad. Y conocer la diversidad de opciones que hay para llegar a un objetivo hará más sencillo el poder idear nuestro propio camino.