En Agosto de 1945 cayó en Hiroshima, en Japón, la primera bomba atómica. El mundo ni siquiera podía imaginar el efecto del arma nuclear: murieron más de 140.000 personas, unas 78.000 de ellas de manera inmediata, y la ciudad quedó devastada. Apenas unos pocos edificios quedaron en pie en varios kilómetros a la redonda, uno de ellos el de la imagen, símbolo actual de Hiroshima. La ciudad pasó a ser una cicatriz en la tierra.
Al tercer día, el servicio de tranvías de Hiroshima reanudó de nuevo su actividad.
Hiroshima tenía en el momento del ataque norteamericano una población de 420.000 habitantes. Tras la bomba, la población descendió a 137.000. Solo diez años después, en 1955, la ciudad volvió a tener la misma población que antes de la guerra.
Hoy en día viven en Hiroshima más de un millón de personas.
La flor en el escudo de Hiroshima es la adelfa, la primera especie que volvió a crecer en la ciudad tras la bomba atómica.
Todo tiene solución.