The beast in me.

Algunos de los malos de las pelis son tan tan malos que se convierten en atractivos. Nos gusta imaginar que tenemos la presencia de Tony Soprano, dominando con el miedo cualquier reunión a la que asistimos, o que acompañamos al Joker por toda la ciudad en sus travesuras. Quien no ha jugado a ser Darth Vader, a poner su voz? Quien no ha pensado en lo extremadamente liberador que debe ser comerse a los enemigos como, literalmente, hacía Hannibal Lecter? Cómo se puede vivir sin haber ensayado una risa malvada frente al espejo?

Los malos atraen, bien porque son reflejo de esa parte mala que tenemos dentro, y que nunca sacaremos, o bien porque, siendo conscientes de que no la vamos a sacar, comprobamos que alguien es capaz de exteriorizarla.

En cualquiera de las dos opciones, llegamos a la conclusión de que tenemos una parte mala.

Nick Lowe es un cantante inglés, conocido por ser un hombre paradójico. Sus canciones son más conocidas que él, lo que seguramente afirma que algo ha hecho bien. En el capítulo piloto de Los Sopranos sonó la canción de Nick Lowe The beast in me.

En ella cantaba…

Sometimes
It tries to kid me that it’s just a teddy bear
Os somehohow managed
To vanish in the air
And that is when I must beware
Of the beast in me

“A veces la bestia en mí trata de hacerme creer que es solo un osito de peluche, o se las arregla para desaparecer. Esas son las veces que tengo que tener más cuidado con la bestia que hay en mí. ”

Es posible esconder la bestia, pero no nos dejemos engañar, sigue ahí. Y a veces nos invita a ponernos el chandal amarillo y coger la katana, aunque hay que tener muy claro cuando debemos dejarla salir… Y es que.. hay veces en la que debemos dejarla salir.

Nuestra parte mala

Seguramente, la historia del Dr Jekyll y Mr Hyde es de las más conocidas de la literatura universal, aunque seguramente sea de los libros menos leídos.  Ha conseguido trascender al imaginario colectivo, y en parte es una pena, ya que se pierde la capacidad de sorpresa de la historia al leerla. Debía ser una gozada leer la historia sin conocer el desenlace. Por supuesto, aqui lo voy a destripar…. Sirva como aviso!

El Dr. Jekyll está convencido que todos tenemos una parte buena y una mala dentro de nosotros, y ha inventado la fórmula para poder separar ambas partes. Gracias a una poderosa droga, Jekyll, hombre rodeado de virtudes, se convierte en Hyde, su mezquina parte escondida. Los personajes son maniqueos: Jekyll es la esencia de la virtud, Hyde es el compendio de todos los males.

El doctor puede elegir la personalidad que desee tener, solo deberá elegir la cantidad necesaria de su fórmula para variar de estado. Y lo curioso de la historia es que Jekyll desea ser Hyde. Jekyll, un doctor reputado, respetado, querido por sus amigos, necesita sentirse Hyde, necesita que su parte mala, su mitad malvada, en la que acumula los odios y los bajos instintos, salga a la luz, campe a sus anchas. Jekyll lo necesita, y, aunque sabe que Hyde provoca altercados y destrozos en su vida, promueve el que esa parte no quede escondida dentro de sí mismo.

Al final de la historia Jekyll se da cuenta de que su droga se está terminando, e intenta encontrar más. Tiene dificultades para conseguir una nueva remesa de la fórmula exacta, y finalmente solo le queda una dosis. Debe elegir qué personalidad de las dos debe mantener hasta que encuentre la nueva fórmula. Y… decide elegir seguir siendo Hyde mientras espera. Hyde tiene ganas de vivir que Jekyll, Hyde tiene una mayor vitalidad. Siendo la parte negativa del Doctor, tiene más interés en la vida que el propio Doctor.

Somos todos como Jekyll? Deseamos sacar nuestra parte mala a pasear? Es nuestra parte mala la que nos empuja a seguir viviendo?  Nos sentimos todos bien cuando hacemos el mal? Mejor incluso cuando hacemos el bien?

En este caso no soy yo el que va a responder a estas preguntas. Me gustaría saber vuestras opiniones!