Neil Young, por Neil Young.

Neil Young es uno de los mejores cantantes y compositores de música de los últimos cuarenta años. Desde el año 68 ha publicado cerca de cuarenta discos, además de recopilaciones y directos y discos con otros grupos, como Buffalo Springfield y Crosby, Still, Nash & Young. Se puede discutir si las canciones y el estilo (los estilos) de Neil Young pueden gustar más o menos, pero lo que no se puede discutir es su calidad y su absoluto amor y dedicación por y para la música.

Neil Young es referente para decenas de cantantes y grupos actuales. Young ha colaborado en múltiples discos y conciertos con los más variados artistas, como el disco Mirror Ball junto a Pearl Jam, quienes le denominaron “el abuelo del grunge”. Su influencia es patente en la escena musical actual, sin entrar a discutir si es mayor o menor que la de Bob Dylan, el músico con el que se le suele comparar por estilo y trayectoria.

En su biografía, escrita por Jimmy McDonough, uno de sus contemporáneos hacía una comparación entre ambas estrellas en sus primeros años. Insistía en que Neil Young era muy introvertido, y que por el contrario Bob Dylan era muy extrovertido. Ambos, por cierto, tocaron varias veces juntos, y no hay noticias de que hubiera una rivalidad entre ellos, si no más bien respeto y admiración mutua.

De una vieja conferencia de prensa de Neil Young encontré las siguientes palabras, sobre el proceso que le llevaba a escribir una canción: “La canción sale sola. … tu no la creas, sale a través de ti. .. Si se da la situación adecuada, la canción emana a través de mi y queda plasmada en un trozo de papel. No es que me siente a pensar “Ahora voy a inventarme una canción”.” Era el año 1982, Neil Young ya no era un novato.

Así que me pregunté… Qué es lo que tiene Neil Young dentro para escribir sus canciones? Como funciona su cerebro? No tengo ni idea, pero lo que parece cierto es que la respuesta de cómo es Neil Young podemos encontrarlas en sus canciones, que vienen directamente de su ser, sin ningún filtro.

Así que para tratar de saber quien es Neil Young, compilé todas las letras de sus canciones de estos cuarenta años, observando si había algún patrón, alguna pauta común. Qué palabras configuran el universo del Sr. Young?. Así es como surge este gráfico.

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En él aparecen las palabras más presentes en los textos de Neil Young, y ellas nos dicen quien es él.

Encontramos que una de las palabras más comunes es “Love”, lo cual no supone una sorpresa. El amor mueve el mundo, y está presente en la mayoría de las creaciones artísticas, del tipo que sean. Neil Young no es diferente en este sentido, el amor está presente en su vida.

Sin embargo, empezamos a encontrar otras palabras que son reveladoras.

“Know”, el conocimiento necesario. Quiere saber. No se habla de apariencias, no se habla de imaginaciones, se habla de conocimiento. Neil es práctico, quiere conocer. La inteligencia es fundamental para este introvertido. Otra de las palabras que más aparecen en sus canciones es “Mind”, que refuerza esta idea.

“Home”. Neil Young siempre ha estado muy ligado a su tierra natal, Canadá. Sus compatriotas le ven como un referente de sus valores, que son precisamente el de ser hogareños, el de cuidar las cosas de casa, las cercanas. Uno de sus últimos discos (es muy difícil hablar de “su último disco”, pues es muy posible equivocarse) se llama precisamente “A letter home”, grabado en 2014 con técnicas de grabación de los años 40. Una vuelta a los orígenes, a casa. Y.. no me negareis que “casa” es una de las palabras que asociarías a un introvertido.

Entre aquellas palabras que destacan encontramos también “see” y “feel”, que son las maneras en las que Neil Young aprende. Es curioso, tratándose de un músico, que no encontremos la palabra “listen” entre aquellas más usadas. Y es que Young entiende a través de la vista y de las sensaciones. Es una persona visual, y necesita incorporar los sentimientos, la sensaciones. Sin ellas no es capaz de encontrar el sentido, el conocimiento, eso tan importante para él.

A la hora de realizar este gráfico he eliminado las palabras más comunes (and, I, the, you…). Sin embargo, puede ser el dato necesario para entender este ejercicio.

A través de todas sus canciones, Neil Young utilizó las palabras “I”, “me” o “my”, un total de 2.885 veces. Un número muy superior a las 1.825 ocasiones en las que utilizó las palabras “you” o “your”. Además, es necesario tener en cuenta que en este caso ambas palabras pueden refererirse al “vosotros”. Si incluyéramos en la primera cuenta la palabra “we” tendríamos un total de 3.196 presencias.

Esto deja bien a las claras que Young escribe para si, escribe lo que le viene de dentro. Sus canciones son sobre sensaciones, sentimientos, cosas que le suceden y cosas que él ve. No se las cuenta a nadie más que él. Si te gustan, bien; si no, cambia de disco. Utiliza la música para sacar lo que tiene dentro, es su vehículo para abrirse al mundo.

Dicen que Neil Young no es un gran comunicador, pero sus canciones llegan a millones de personas.Si queréis conocerle, escuchad sus canciones, no sus entrevistas.

También dicen que los mensajes de texto los inventó un introvertido, puesto que los introvertidos odiamos hablar por teléfono. Nos manejamos mejor escribiendo, tomando nuestro tiempo para pensar lo que decimos. Parce que no es buena idea llamar al Sr. Young para preguntarle.

Con vosotros, Neil Young, el introvertido. Heart of Gold.

Ana Frank y los pares.

La ciudad de Amsterdam tiene tres atractivos que es necesario ver en la primera visita. El Rijkmuseum, el Museo Van Gogh, y la casa de Ana Frank. Dos de ellos son la celebración del arte, con pinturas como la “Ronda de noche” de Rembrandt o “Los Girasoles” de Van Gogh. El tercer lugar a visitar es un homenaje a la camaraderia, a la generosidad, y también un recuerdo a lo que el hombre es capaz de hacerse a si mismo.

La historia es conocida. Ana escribió un diario en su cautiverio familiar. Compartió con su familia la parte trasera de una casa, escondidos de la amenaza nazi. Su familia había escapado de Alemania, estableciéndose en Amsterdam. Y decidieron no seguir huyendo. Se establecieron en la parte trasera de la casa, compinchados con algunos de los trabajadores de la empresa familiar, que se encargaban de pasarles comida y ropa mientras atendían el negocio en la parte delantera. El engaño parecía asegurado, solamente unas pocas personas estaban al tanto, y fueron fieles durante todo el cautiverio voluntario.

El silencio era fundamental. Los escondidos no podían hablar entre ellos durante el día, para evitar ser descubiertos, tenían que tener cuidado con las pisadas. Solo tenían noticias del exterior a través de una radio. Un día Ana escuchó que una editorial publicaría al término de la guerra un libro con relatos para recoger los mejores testimonios de la época oscura que habían tenido que vivir. Ana llevaba un diario hasta entonces, y decidió enfocarlo para ser publicado después, para que el mundo supiera qué había sucedido en aquella casa.

Dos años después, y por una denuncia anónima, la familia fue descubierta. Todos fueron apresados y llevados a campos de concentración. De camino, la familia fue separada por géneros. Las mujeres fueron a Auschwitz. Ana dejó el diario escondido en la casa, y su padre, único superviviente del Holocausto, lo encontró a su vuelta a Amsterdam, lo editó, e intentó publicarlo. Después de varios intentos, lo consiguió. El libro fue un verdadero éxito mundial, y es un ejemplo de cómo las palabras pueden conmover los sentimientos.

Anna Frank

Anna Frank vivió en dos campos de concentración los últimos seis meses de su vida. Murió por el tifus, aunque eso es solo la versión “oficial”.

En los campos de concentración la vida no se podía entender como algo individual. Los prisioneros, para sobrevivir, se buscaban pares con los que compartir la vida. Compartían las desdichas, pero también la comida y las pequeñas alegrías. Robaban comida para su par, cuidaban de él cuando estaba enfermo, se encargaban de ser su apoyo cuando desfallecía. Ana encontró su par en su hermana Margot. Ambas cuidaban de la otra, eran las razones para seguir viviendo en el horror. Como en el libro de Viktor Frankl, ambas eran el sentido de la otra.

Dicen quiene compartieron campo de concentración con las hermana Frank que cuando Margot murió, Ana quedó desconcertada. Dicen que fue apagándose lentamente, y que no fue el tifus quien la mató.

Dicen que si no hay una razón para vivir, no hay vida.

Ana murió muy muy joven, pero dejó escritas páginas llenas de sentido. Su talento es indudable, y nadie sabe de qué hubiera sido capaz de sobrevivir al Holocausto. Ana Frank tuvo una fortaleza enorme, que se derrumbó cuando no pudo compartir su vida, cuando no pudo cuidar de su par, cuando en el sentido de su vida no hubo otra persona.

Malas noticias!!

Seguramente este post tendrá más visitas que cualquier otro, básicamente porque estará anunciado como ¡Malas noticias!. Y es que nos gustan mucho más las malas noticias que las buenas. Y no hablo de la canción de Los Suaves que da nombre al post. Por cierto…dale al play si quieres ir escuchando.

Y sin embargo, el post va exactamente de lo contrario, de la actitud positiva con la que podemos afrontar el día a día. Solo tenemos un foco de atención, y solemos ponerlo en las malas noticias. Nos encantan los titulares de los diarios que contienen la palabra “morbo” o “polémica”, porque sabemos que va a haber debate, y también va a haber una parte damnificada. Y eso nos encanta.

Resulta más atractivo un titular como “Polémica por el alto de un bordillo en la junta municipal” que “Acuerdo final por las medidas de los bordillos en la junta municipal”. Nos interesa que haya chicha, que haya una pelea, una disputa. No nos gusta ver el resultado final, nos interesa el proceso, y si es con alguna disputa en medio, mejor que mejor.

Y.. sin embargo eso nos hace ver la cara amarga de todos los sucesos. Ponemos la atención en aquellas cosas que no la merecen. Si hay una pelea en la calle, nos quedaremos a prestar atención. Si un hombre se arrodilla frente a su pareja para pedirla matrimonio, abandonaremos el lugar sin hacer mucho caso.

Por suerte tenemos a alguien que piensa que las cosas no tienen por qué ser así.

En Huelva ha nacido el diario on line “Huelva Buenas Noticias”. www.huelvabuenasnoticias.com . Y… bueno, el nombre es en este caso autoexplicativo. Un diario en el que priman las buenas noticias. En el que se da información, pero poniendo el foco en la vida, en todo lo bueno que sucede a nuestro alrededor. De política, de sociedad, de arte, de economía… De todo tipo, pero todas buenas.

Y… hay buenas noticias todos los días?. Por supuesto! Que se había pensado usted?. Y… que hacen con las malas noticias? Las ignoran o camuflan?. En absoluto, las incluyen bajo el epígrafe “No son buenas noticias”. Y… eso vende?. Pues.. están pensando en ampliar el negocio a otras provincias, así que parece que si!.

Un diario en el que tratan de informar transmitiendo optimismo, sin manipular, sin engañar, simplemente buscando (escarbando!) para encontrar las buenas noticias allá donde estén. Y ofreciendo al público que lo desee toda la verdad sobre la realidad, desde un punto de vista optimista.

Enhorabuena, Huelva Buenas Noticias!!

Ahora solo es necesario que tu decidas qué noticias quieres leer.

La batalla. Un cuento de coaching.

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La nieve caía con paracaídas. Lenta, suavemente, deteniendo el tiempo, escondiendo en blanco cualquier sonido. Si ponía atención podía escuchar cada copo posarse sobre sus hermanos, encajando su propia autenticidad en la montaña de diferencias. Sentada, con las piernas recogidas y cruzadas, mantenía la respiración para no perturbar el espectáculo. Los copos aterrizaban en su ropa, y jugaba a adivinar sus formas antes de fundirse en humedad. Algunos copos eran grandes como monedas de cobre, pero eran los más inestables de todos, los primeros en desaparecer.

La nieve comenzaba a cubrirla, pero ella no se sentía ningún frío. Permanecía inmóvil, con el abrigo abrochado hasta el último botón. Se agarraba a la idea de que cuando nevaba no hacía demasiado frío, de que no debía ser tan baja la temperatura. Las pocas veces que respiraba el vaho se presentaba ante sus ojos, desapareciendo rápidamente, tanto que dudaba si había sido verdad. Trató de espaciar aún más sus respiraciones, pues perturbaba el puzzle de nieve que caía sobre ella. No quería grietas en la nieve en sus rodillas, solo quería perfección blanca, un manto helado, inmaculado. Consiguió reducir la frecuencia de sus inhalaciones, y poco a poco también la profundidad. Notó también como sus pulsaciones bajaban, acompañando a sus respiraciones. Se sentía calmada, casi en comunión con la naturaleza, con aquella nevada.

A su alrededor la nieve había vencido la batalla. Ningún color había sobrevivido a aquella invasión. Se imaginó a si misma desde el otro lado del río, quizás solo el negro mechón rebelde que había resbalado de su oreja podría destacar de aquella foto. Pensó que bajo su cuerpo aún sobreviviría el verde sobre el que estaba sentada antes de que la nieve empezara a caer. J

Nada le importaba al Dios del tiempo, y dejó caer copos aún más grandes, que ella admiraba bajo su capucha. Sus piernas ya casi estaban completamente cubiertas por una montaña de nieve, y seguían cayendo copos que tejían una maraña, entrelazando sus brazos, fortaleciendo la red, creando una montaña de telarañas. Ella sentía el calor de la tierra bajo sus caderas, pero extrañamente la fuerza que emanaba del planeta había perdido mucha intensidad. Quizás la nieve había conseguido congelar la zona? No, aquello hubiera sido demasiado. La nevada estaba siendo intensa, muy intensa, pero acabar con el calor de la tierra eran palabras mayores.

Levantó la vista. Nada. Nada. Una cortina blanca impedía ver más allá de tres metros. Y lo único que podía ver eran copos jugando con la fuerza de la gravedad. Trató de estirar la espalda, consciente de que estaba encogida, pero al intentarlo, algo le impidió hacerlo. Solo pudo estirar la mitad de lo que hubiera sido un esfuerzo normal. El peso de la nieve, la maraña de copos le impedían estirarse por completo.

Hasta el momento no había sido consciente del tiempo que llevaba allí sentada, pero comenzó a asustarse. Esperaba poder encontrar el camino de vuelta a casa en mitad de aquel desierto blanco. El peso de la nieve en su espalda, que le había impedido estirarse, había despertado su mecanismo de defensa, y decidió que había llegado el momento de volver a casa. Intentó incorporarse sin apoyar las manos en el suelo, pero fue incapaz de incorporarse solo con las fuerzas de sus piernas. La nieve había tejido una red que le dificultaba la salida. Tras probarlo de nuevo, sin éxito, intentó descruzar sus brazos para apoyarse para levantarse. Le fue imposible. Ni siquiera pudo cambiar su posición. Tenía la espalda encorvada, y el peso de la nieve, cada vez mayor, le hacía inclinarse aún más hacia delante. Estaba atrapada.

Su respiración comenzó a agitarse, las pulsaciones aumentaron. La sorpresa inicial había pasado a asustarla, y ahora ya solo tenía miedo. Intentó gritar, pero sabía que aquella nevada no permitiría que el sonido llegara a nadie. Concentró todas sus fuerzas en la espalda, en tratar de incorporarse, pero todo fue en vano. Incluso tras sacar todo el aire que tenía en sus pulmones tras el esfuerzo, fue incapaz, al inhalar, de volver a recuperar el espacio perdido. Volver a intentarlo sería peor.

Y la nieve seguía cayendo. Lenta, pausada, suavemente. Y ella seguía atrapada, con la cara ya casi enterrada en la nieve que se acumulaba sobre sus piernas, sus rodillas. Sentía el frío que de ella emanaba, soplaba para tratar de fundirla, pero sus lágrimas se congelaban al tocar la nieve, recuperando lo que pudo haber ganado. La espalda sufría el peso de la acumulación de la montaña blanca, que seguía creciendo. La nieve seguía cayendo.

Exhaló su último aliento justo en el momento en el que todo cesó. Las nubes cargadas de nieve desaparecieron, y, primero tímidamente, más tarde con fuerza, el sol iluminó de nuevo la ribera del río.

La nieve comenzó a fundirse, llenando el río de agua turbia al arrastrar con ella la suciedad del ambiente. El verde ganó de nuevo al blanco, el sonido volvió a ocupar el silencio.

Su cuerpo permaneció tumbado, el corazón detenido. Los labios morados, la piel blanca. Aún tenía la capucha sobre la cabeza, el abrigo abotonado hasta arriba. Todo ello extrañó a quienes la encontraron, sin aliento, en mitad de un caluroso día de Junio.

**dedicado a todas las personas que se sienten aislados**

Algo escondido.

En la Antártida, según los marinos japoneses, se encuentran los Ningen.

Los Ningen son criaturas mitad hombre mitad pez, de unos 20 o 30 metros de longitud. Hay muy pocos documentos gráficos de ellos, algunos evidentemente trucados, pero hay incluso capturas de Google Earth que permiten creer sobre la existencia de estos seres casi mitológicos.

En la historia de la humanidad ha habido varios ejemplos de seres con la mitad del cuerpo con forma humana (normalmente la parte superior de la cintura) y con la otra mitad con forma de algún otro animal. Tenemos el ejemplo del centauro o del tritón. Sin embargo, nunca ha habido ejemplos de un tamaño tan grande.

Se cree que los Ningen tienen forma humanoide de cintura para arriba, y de pez de cintura para abajo. Parece irreal, pero en muchas ocasiones la realidad ha superado la ficción. Muchos han sido los avistamientos, y muchas las historias que se han contado sobre los Ningen.

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Y sin embargo…. Si los Ningen, después de siglos formando parte de las habladurías de los humanos, no han salido a relacionarse con el mundo, si no se han asomado… Para que debemos sacarlos nosotros a la luz? No será que los Ningen quieren quedarse bajo el hilo antártico, disfrutando tranquilamente de su hábitat? Para qué buscarles, para qué sacarles de su escondite?.

Si los Ningen quieren, saldrán a buscarnos. Confiemos en ellos.

Mångata

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Hay veces en la que uno se siente incomprendido. No es que se sienta solo, porque se sabe rodeado de otras personas. Simplemente siente que no es parte del lugar que pisa, que no es igual que aquellos a los que ve caminar a su lado.

En ocasiones uno siente algo que no sabe describir. Una sensación nueva, a la que no es capaz de ponerle nombre. Trata de acomodarla a algo conocido, trata de identificarla con alguna vivencia anterior, pero nada casa.

A veces uno se siente despistado, duda de si es él el que falla o es el idioma el que no tiene suficientes palabras. Piensas entonces que eres raro, que no es normal lo que te sucede. Y eso desconcierta.

En ocasiones uno tiene un sentimiento de soledad, de estar solo en el bosque y conectado con la naturaleza. Y resulta que no hay una palabra para ello. Pero… si! Los alemanes la tienen. Es Waldeinsamkeit. Es imposible de pronunciar, pero.. existe!

A veces lo que necesitamos no está en lo que conocemos, en ocasiones tenemos que estar buscando más allá de lo que tenemos a mano. Y entonces, cuando encontramos la palabra exacta, sentimos que todo cuadra.

En ocasiones no basta con lo que conocemos. Y solo el aprender nos llevará a sentirnos como necesitamos.

Por cierto, Mångata es, en sueco, la palabra para el surco luminoso, con forma de camino, que crea la luna sobre el agua. Y no me digais que no es bonito.

Un día sin una postal es un día perdido.

UKRAINE - Chernivtsi - rESIDENCE OF BUKOVINIAN AND dALMATIAN mETROPOLITANSUKRAINE - Chernivtsi - rESIDENCE OF BUKOVINIAN AND dALMATIAN mETROPOLITANS SPATESeguramente no hayas escuchado hablar de Danut Ivanescu. Pero seguro que te interesa su web . Danut es un coleccionista de postales, un raro ejemplar de los amantes del correo postal, de las esperas para tener noticias, de la emoción ya casi olvidada de abrir el buzón en busca de algún sobre sin un logo colorido de una gran compañía. Danut colecciona postales de todo el mundo, y pide a través de internet que quien quiera le haga llegar postales a su casa en Rumanía.

Danut nos habla de sus propias preferencias. No quiere postales de caricaturas ni de animales, ni de esas que tienen varias fotografías. Le interesa conocer aquellos lugares que la UNESCO ha protegido, o aquellos sitios que han sido especiales para él, de los que detalla en una lista profusa. También le gustan aquellas postales que tienen algo que ver con alguno de sus escritores favoritos. Además, le hace especial ilusión recibir postales de aquellos que nacieron el mismo día que él, el 8 de Agosto. Le gusta que las postales sean personales, que no tengan las frases típicas, que tengan un montón de sellos alineados uno junto a otro, y que el matasellos sea claro y limpio. Danut es exigente con sus postales, pero… quien si no va a revisarlas de vez en cuando?

Hace unos días en Facebook preguntaba por cual sería el regalo que querrían cada uno de mis amigos, si les ofrecieran la posibilidad de elegir lo que quisieran. Danut no está entre mis amigos, pero seguro que se planteó la misma pregunta años atrás, y se dio cuenta que recibir postales sería para él el regalo perfecto. Así que abrió una web, inventó el bonito lema “Un día sin una postal es un día perdido” y simplemente esperó.

Saber lo que uno quiere es importante, pero buscar ayuda para conseguirlo también lo es. Y en absoluto supone mostrarse débil. A veces confiamos en que los demás lean nuestros pensamientos, adivinen nuestros deseos y necesidades. Pero hasta ahora no se ha demostrado que alguien pueda leer la mente del que está al lado. Si tienes un deseo, comunícalo, dilo, coméntalo, escríbelo en una postal. Quizás alguien quiera hacer que tengas una día perfecto, porque… ¿no enviarías una postal a Danut para alegrar uno de sus días?

Si has nacido el 8 de Agosto, ya sabes a quien le ilusionará tener una postal tuya, a pesar de no conocerte de nada. Pero eso si! No le envíes una postal de la Antártida desde Madrid, porque… a quien puede interesarle eso? A Danut no, desde luego!

Día de perros.

Octubre. Sábado. 7 de la mañana. El viento frío se cuela entre los resquicios de la cremallera del abrigo. La fina lluvia empapa los pantalones. Las ráfagas de aire convierten las gotas en molestos proyectiles, que consiguen llegar a los más recónditos escondites de la piel. El Sol no ha aparecido, y no se le espera. Las luces de las farolas alumbran las calles vacías, la lluvia cayendo en todas direcciones. El termómetro marca siete grados. Del portal 38 sale disparado Bruto, ignorando la lluvia, necesitando un árbol donde aliviarse. Su dueño, tres metros por detrás, se refugia al abrigo del portal, hasta que no sea estrictamente necesario salir a la intemperie. Y Bruto termina, y comienza el paseo hacia el parque, el recorrido de todos los días. Mira a su dueño, que se cala el sombrero y se sube los cuellos de la gabardina. Ambos comienzan a pasear por las aceras llenas de charcos, uno de ellos con indisimulada alegría y alivio.

En el parque la arena se ha convertido en barro por el agua caída, lo cual hace disfrutar aún más a Bruto. De la gabardina extrae su dueño un chicle. En día de lluvia, fumar es casi una osadía. Bruto, excitado, se acerca a su amo, le ladra de puro contento, acaba de ver llegar a un amigo por el otro lado del parque. La excitación le hace levantarse sobre las patas traseras, manchando de barro la gabardina con las delanteras. Apenas unos segundos, se va corriendo en busca de su amigo recién llegado, un viejo conocido del parque.

Ambos dueños se saludan desde el breve resquicio entre el sombrero y la gabardina.

– Sabes por que a estos días les llaman “días de perros”?
– Los únicos que nos atrevemos a salir a la calle somos los que tenemos perros, verdad?
– Sí. Bueno, en realidad los únicos que salimos somos los que queremos a nuestros perros.
– Buen matiz.
– Sí, esto no deja de ser un maldito acto de amor.

– Vendrás mañana?
– Siempre.