Heath Robinson fue un dibujante inglés nacido en 1872 que fue muy popular durante la I Guerra Mundial, de cuyo inicio se cumple este año el centenario.
HR publicó sus tiras humorísticas en muchas revistas y diarios, además de ilustrar numerosos libros de relatos para adultos y cuentos para niños.
Su nombre terminó siendo popular entre las tropas inglesas que combatieron en la Gran Guerra, pues lo asociaban a las máquinas supercomplejas que salían de la cabeza del bueno de Heath Robinson, como las que se ve en esta imagen.
Aquellas máquinas eran ridículamente complejas. Y, sobre todo, eran ridículamente complejas para las tareas sencillas para las que habían sido diseñadas. ¡Dos cañones que se disparan simultáneamente para cascar una nuez! ¡Ruedas y engranajes para quitar la piel de una patata!
Heath Robinson complicaba el mundo innecesariamente. Configuraba los procesos más complejos para las tareas más sencillas. Y conseguía carcajadas allí donde el público leía sus ilustraciones.
Y.. no ocurre parecido con nosotros mismos? No complicamos aquellas cuestiones que deberían ser simples? no retorcemos nuestras cabezas y pensamientos buscando la tercera derivada? No debemos reírnos de los cálculos y tribulaciones por los que solemos hacer pasar a nuestras mentes para conseguir los más nimios resultados?
Y si lo hiciéramos todo más sencillo?