un mendigo, dos sin techo, tres pobres, cuatro sin dinero.

Cuando comienza el frío es más fácil ser sensible hacia las personas que no tienen una casa, un techo, un hogar. Utilizamos muchas palabras para tratar de nombrar a estas personas, que básicamente no tienen dinero suficiente para pagar una sitio caliente donde dormir por las noches, y en algún caso, ni siquiera algo para comer. Hablamos de mendigos, sin techo, sin hogar, pobres…

Es más sencillo preguntarnos dónde dormirán ahora que el frío aprieta, aunque durante todo el año tengan que dormir a la intemperie. Son más visibles ahora que las luces de la ciudad están más tiempo encendidas. Es más visible ese hombre en la puerta de la pastelería, con un vaso de plástico en la mano. es más visible aquel anciano en la puerta del VIPS, que levanta la mano tímidamente cada vez que la puerta se abre. Es más sencillo preguntarse, aunque tras unos pasos, nuestra conciencia viaja hacia otro lugar. Estas personas suelen estar solas, sin compañía. Pero…

Qué pasaría si todos las personas que no tienen hogar en Madrid se juntaran en una misma plaza? Que sucedería si tuviéramos una vista panorámica de la plaza de Sol, o de la de Santa Ana, llena de personas sin hogar, sin techo?. Podría nuestra conciencia dejarlo pasar? Y… por que necesitamos esa imagen para darnos cuenta?

A unos nos llegan las historias individuales, a otros las de grupo. A unos nos llegan las historias que vemos con nuestros ojos, a otros las que nos cuentan con todo lujo de detalle. A cada uno se nos deben contar las historias como necesitamos para sentirlas, para vivirlas. Cada uno tenemos una manera de captar las historias, de aprenderlas. Quizá esta foto de otro punto de vista a esta historia.

Y tu? Qué necesitas?

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