El club de Roma

El club de Roma se basa en una premisa básica. El crecimiento de la población mundial no puede seguir con el ritmo actual, ya que nuestro planeta, y los recursos que de ella extraemos, son limitados. Así, abogan por el crecimiento cero, por mantener las cuotas actuales de población y de utilización de recursos, para que los habitantes del planeta puedan tener acceso a los recursos que este proporciona, sin necesidad de agotarlo.

Se puede estar de acuerdo o no, pero es una reflexión interesante. No todo es ir más allá, crecer, tener más, ser más. El club de Roma se detiene, analiza los datos y ofrece un diagnóstico. Y ese diagnóstico es que es necesario cambiar la tendencia actual.

En toda esta historia hay dos cosas que podemos aprender. La primera es saber detenernos a analizar en qué punto estamos, para saber qué dirección tomar. El segundo, y quizá más importante, es que los objetivos a veces son diseñados sin pararse a pensar si son buenos, si son necesarios, si son adecuados. Hace algunos posts hablábamos de la ecología de los objetivos, y este es un buen ejemplo.

Otro de los temas a hablar sería saber si esto es posible. El club de Roma presentó su primer informe, Los límites del crecimiento, en el año 1972. Huelga decir que desde entonces el crecimiento (económico, financiero, poblacional…) sigue siendo uno de los objetivos de toda sociedad. Conseguir los objetivos es una tarea complicada, pero lo es más sin hacer esa reflexión, sin una pausa para pensar.

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