Hay un gesto universal, y es el de levantar el pulgar para decir que todo va bien. Lo tenemos tan dentro de nosotros que lo hacemos sin pensar qué es lo que realmente significa o de donde procede. Creemos que todo el mundo lo entiende, y allá donde vayamos, aunque no entendamos el idioma, sabemos que podemos hacernos entender con ese gesto. Incluso Facebook lo ha adoptado con gran éxito.
Si nos ponemos a pensar, seguro que podemos discernir el origen del gesto. Todos hemos oído hablar del circo romano, de los gladiadores, del gesto de los emperadores para decidir si se debía vivir o morir. El gesto magnánimo del emperador, el pulgar hacia arriba, permitía la vida. El pulgar hacia abajo auguraba la muerte del luchador. Simple, sencillo, un gesto que pervive milenios.
Y… qué gran confusión. Según investigaciones recientes, los gestos de los pulgares, tal y como los entendemos hoy, no se corresponden con los que ocurrían en la antigua Roma.
En sus visitas al circo el emperador tenía dos gestos, de los que dependía la vida de los luchadores. El pulgar hacia arriba señalaba al gladiador, que preguntaba desde la arena, que podía matar a su oponente. El pulgar hacia arriba simula una espada desenvainada, y desde aquella distancia el luchador podía ver el pulgar, la espada, y entendía que podía matar a su oponente.
El gesto del pulgar hacia abajo nunca existió. Cuando el emperador quería clemencia para con el oponente, mostraba el puño, con el pulgar escondido en el resto de la mano. La espada, antes representada por el pulgar, debía envainarse.
Como es posible entonces que el gesto del pulgar hacia arriba haya llegado hasta nuestros días con el significado contrario al que se utilizaba?
En 1872 Jean-Leon Gerome pintó su cuadro Pollice verso, en el cual se puede ver un gladiador en el circo, con su oponente vencido en la arena. El gladiador está preguntando a la grada qué hacer con el hombre que tiene preso bajo su bota, y el público hace gestos con el pulgar hacia abajo. El problema es que ese gesto del pulgar hacia abajo fue, simplemente, producto de la imaginación del pintor, sin ninguna base histórica. Sin embargo este cuadro se tomó por fiel a la Historia desde entonces, y así es como ha sobrevivido hasta nuestros días, dando pie a muchos otros cuadros, películas o imágenes.
Leyendo esto ambas explicaciones tienen sentido. Una de ellas porque la tenemos tan interiorizada que ni siquiera somos conscientes de ella. La otra, la histórica, podemos entenderla, podemos creer que es verdad, si no fuera porque ya hemos aprendido el “otro” significado. De cualquier manera, los símbolos los creamos nosotros mismos, y les damos los significados que queramos.
Creeis que somos capaces de crear los símbolos que queramos? Creeis que seríamos capaces de cambiar el significado de un símbolo ya establecido?