Estimado Pep;
en primer lugar darte la enhorabuena por la clasificación para la final de la Copa del Rey. Enhorabuena a ti y a todo tu equipo por superar dos eliminatorias tan complicadas en las últimas rondas para llegar a una nueva final. Enhorabuena.
La final de la Copa se presenta apasionante, entre los dos clubes con más títulos de la competición, con dos grandes entrenadores a los mandos, y sobre todo con un respeto entre los equipos impresionante. Agradecerte, de parte de los aficionados, el respeto que muestras siempre por todos los rivales a los que te enfrentes, grandes o pequeños.
Estarás conmigo que, en esta ocasión, el verdadero protagonista de la competición no estará este año en la final. El Mirandés ha sido apeado, justamente, en las semifinales, después de llegar donde pocos equipos han sido capaces. En un ejemplo para todos los que vivimos este deporte, ya sea practicándolo, yendo al campo o simplemente siguiéndolo por los medios de comunicación, el Mirandés ha conseguido colarse entre los cuatro mejores equipos de la competición, eliminando a equipos mucho más poderosos, con el arma de la verdadera ilusión. En semifinales esta poderosa arma no fue suficiente, y el Mirandés no estará en la final de la Copa.
Este equipo ejemplariza el deseo de competir, de enfrentarse a cualquier reto, de ignorar el miedo, de superarse. Todas las señas de identidad de esta Copa, en la que todos los equipos pueden enfrentarse con todos. Pero no estará en la final de Copa.
A no ser…
El Barcelona es hoy en día, el Campeón de Europa, el equipo más importante del continente. Y este título exige algo más que ser el mejor en la cancha, exige serlo también fuera. Y la plantilla del Mirandés ejemplariza como nadie en este momento los valores que el Barcelona quiere para el fútbol. Justo parece, pues, invitar a toda la plantilla del Mirandés, y a su cuerpo técnico, a presenciar la final, allá donde se celebre. Un pequeño esfuerzo para el Barcelona, pero un gran premio para aquellos que también lo merecieron.
Seguramente pienses que esta carta debería estar dirigida a Sandro Rosell, el presidente. No sé como entiende el presidente el fútbol, pero sé como lo hace el entrenador. Y sé que esta carta es para ti.
Y… por cierto, si aún estáis buscando contrincante para el próximo Gamper, ten un nombre en mente. No habrá otro equipo que os haga disfrutar tanto.
Espero que mis peticiones no te incomoden, si es así, te pido disculpas de antemano.
Muchas gracias por tu ejemplo.
Un cordial saludo.
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